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Vol. 115. Issue 4.
Pages T412-T413 (April 2024)
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Carta científico-clínica
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Fascitis difusa de los miembros inferiores, posiblemente inducida por Gemcitabina en un paciente con colangiocarcinoma
Diffuse Fasciitis of the Lower Extremities Possibly Induced by Gemcitabine in a Patient with Cholangiocarcinoma
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T. Yamamoto
Department of Dermatology, Fukushima Medical University, Fukushima, Japan
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Sr. Director:

Un varón de 69 años ingresó en el servicio de cirugía por un colangiocarcinoma (estadio IIIB [pT2a, pN1, M0]). Tras la intervención se inició quimioterapia con gemcitabina (600mg/m2) administrada cada dos semanas durante 13 meses. En la fase final del programa de quimioterapia, el paciente presentó induración cutánea con prurito bilateral en las extremidades inferiores, por lo que fue remitido al servicio de dermatología. La administración de gemcitabina había finalizado un mes antes de la visita inicial. En la exploración física se observó piel marronácea muy endurecida bilateral en las extremidades inferiores (fig. 1a), aunque las extremidades superiores no estaban afectadas. No se observó esclerodactilia ni fenómeno de Raynaud. Las pruebas de laboratorio mostraron una elevación del recuento de eosinófilos (9,1%) y de la proteína C reactiva (3,93mg/dl). La biopsia reveló infiltrado perivascular de células mononucleares y eosinófilos en la dermis superior, así como haces de colágeno engrosados a nivel de dermis media y profunda (fig. 1b, c). Se observó un pequeño infiltrado inflamatorio mononuclear, con eosinófilos ocasionales en la fascia engrosada (fig. 1d), y unas pocas células T CD4- y CD8-positivas en el tejido muscular (fig. 1e, f). Se administraron corticosteroides tópicos en pomada para el prurito. La esclerosis mejoró gradualmente durante los tres meses siguientes, recuperando la normalidad de la piel afectada a los seis meses. El recuento de eosinófilos en sangre periférica también recuperó su nivel normal. A partir de entonces, el paciente se ha mantenido bajo seguimiento durante dos años sin presentar recurrencia del colangiocarcinoma ni de la induración cutánea de las extremidades inferiores.

Figura 1.

(a) Induración leñosa bilateral en extremidades inferiores. (b) Características histológicas de esclerosis dérmica difusa, tejidos conjuntivos septales fibrosos engrosados con infiltrado de células mononucleares al tejido subcutáneo. (c) A mayor aumento se observa infiltrado perivascular que contiene varios eosinófilos en la dermis superior. (d) Pequeño número de infiltrados de células mononucleares en la fascia engrosada. Células T CD4- (e) y CD8- (f) positivas en los tejidos musculares. (Aumento, b: ×40, c: ×400, d: ×200, e: ×400, f: ×400).

(0.59MB).

El paciente presentado desarrolló induración severa en las extremidades inferiores durante la hospitalización por colangiocarcinoma. No se administró tratamiento sistémico con prednisolona debido a que el paciente padecía síndrome nefrítico y su médico evitó el uso de corticosteroides orales por el riesgo de infección. Inicialmente, se sospechó una fascitis eosinofílica paraneoplásica, pero la evolución clínica del paciente fue atípica y la induración cutánea severa mejoró gradualmente y casi por completo tras finalizar la quimioterapia, sin el uso de prednisolona sistémica ni terapias adicionales. Al revisar detalladamente la medicación, se confirmó que la gemcitabina se había administrado como quimioterapia postoperatoria y que el inicio de la induración cutánea se había producido hacia el final del tratamiento quimioterápico. Además, las características histopatológicas mostraban esclerosis en dermis, tejido subcutáneo y fascia. Se observó infiltrado de eosinófilos en la dermis superior, mientras que apenas se detectó en la fascia engrosada. Esas características, sumadas a la evolución clínica de este caso, no eran compatibles con una fascitis eosinofílica típica. Ciertos fármacos anticancerosos, como el taxano, el paclitaxel, el carboplatino, el balicatib y la mitomicina C, provocan síntomas similares a los de la esclerodermia, en la que las extremidades inferiores se ven predominantemente afectadas. La gemcitabina es un agente quimioterapéutico utilizado para diversas neoplasias malignas, y se han descrito unos pocos casos de reacciones similares a la esclerodermia o lesiones similares a la lipodermatoesclerosis inducidas por gemcitabina1–4. El tiempo transcurrido hasta la aparición de las reacciones similares a la esclerodermia varía entre 1 semana y 1 año. Se ha sugerido que la toxicidad locorregional debida a la acumulación de gemcitabina o sus metabolitos en los tejidos subcutáneos podría ser causante de las lesiones escleróticas. Otra posibilidad es que los agentes quimioterápicos pueden promover señales de daño en el ADN, lo que induce fibrosis cutánea a través del aumento de la producción de interferón de tipo I e interleucina-65. Aunque a veces se informa de fascitis eosinofílica paraneoplásica durante el tratamiento de pacientes con cáncer, debemos considerar el uso de fármacos quimioterápicos como factor desencadenante de la induración cutánea.

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