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Dermatología Práctica
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Pruebas no corregidas. Disponible online el 4 de marzo de 2025
[Articulo traducido] Cierre por segunda intención después de cirugía micrográfica de Mohs. Revisión actualizada de sus aplicaciones clásicas y novedosas, beneficios y complicaciones
Secondary Intention Healing After Mohs Micrographic Surgery: An Updated Review of Classic and Novel Applications, Benefits and Complications
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J. Gil-Lianes, I. Marti-Marti, D. Morgado-Carrasco
Autor para correspondencia
morgadodaniel8@gmail.com

Autor para correspondencia.
Servicio de Dermatología, Hospital Clínic de Barcelona, Universitat de Barcelona, Barcelona, España
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Tabla 1. Precauciones del uso de la CSI post-CMM
Tabla 2. Ventajas e inconvenientes de la CSI en la CMM
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Resumen

La curación por segunda intención (CSI) es un aspecto fundamental de la cirugía micrográfica de Mohs (CMM), pese estar actualmente infrautilizada. La CSI representa un método seguro, rentable y versátil para el cierre tras la CMM. La CSI tiene múltiples ventajas: mejor vigilancia de recurrencia cancerígena, reducción del dolor y resultados cosméticos favorables, particularmente en determinadas regiones anatómicas como el canto medial, antihélix, sien o pliegue alar nasal, pero también para defectos relativamente pequeños y superficiales en párpados, orejas, labios, nariz y dorso de manos. Una selección cuidadosa de los pacientes es esencial para limitar potenciales complicaciones (retracción, cicatrices hiper/hipopigmentadas o retrasos en la cicatrización. Esta revisión tiene como objetivo proveer la toma de decisiones basada en evidencia en el manejo con CSI de defectos post-CMM sintetizando sus indicaciones, ventajas, complicaciones, cuidado de heridas e integración con otros métodos reconstructivos.

Palabras clave:
Cirugía micrográfica de Mohs
Cierre por segunda intención
Cirugía
Reconstrucción
Dermatología
Cáncer cutáneo
Abstract

Although secondary intention healing (SIH) is a fundamental aspect of postoperative care following Mohs micrographic ssurgery (MMS), it is currently underutilized. SIH constitutes a safe, cost-effective, and versatile method for wound closure. SIH offers multiple advantages, including enhanced cancer surveillance, reduced pain, and promosing esthetic outcomes, particularly not only on certain anatomical regions such as the medial canthus, antihelix, temple, or alar crease, but also for relatively small and superficial defects on the eyelids, ears, lips, and nose, including the alar region, and defects on the hands dorsal regions. Careful patient selection and thorough risk assessment are imperative to mitigate potential complications, including retraction, hyper/hypopigmented scars, or delayed healing. This comprehensive review aims to inform evidence-based decision-making on the role of SIH in MMS, synthesizing its indications, advantages, complications, wound care, and integration with other reconstructive methods.

Keywords:
Mohs surgery
Secondary intention healing
Surgery
Reconstruction
Dermatology
Skin cancer
Texto completo
Introducción

Inicialmente en la cirugía micrográfica de Mohs (CMM) se utilizaba predominantemente el tejido fijado en parafina, motivo por el cual los defectos con frecuencia se dejaban curar por segunda intención (CSI)1–4. Con el inicio de la técnica en tejido fresco en la década de 1960-70, se produjo un cambio hacia métodos más sofisticados para el cierre de los defectos quirúrgicos, por lo que actualmente la CSI representa <25% (0,8-37,9%) de los casos notificados1–4. En el trabajo realizado por Zitelli en 1983 se describió a la CSI como una técnica sencilla para el manejo de las heridas, siendo esta técnica elogiada especialmente por sus excelentes resultados estéticos en determinadas zonas de la cara5. La CSI ofrece el poder realizar un mejor seguimiento de las lesiones tumorales extirpadas, un cuidado simplificado de las heridas y una baja tasa de complicaciones6,7. En la literatura reciente se han descrito aplicaciones ampliadas de la CSI post-CMM en zonas anatómicas que anteriormente se consideraban subóptimas1–3. El objetivo de esta revisión es proporcionar una actualización de las indicaciones y ventajas de la CSI, centrándonos básicamente en las consideraciones anatómicas.

Métodos

Se realizó una búsqueda narrativa exhaustiva de la literatura en PubMed y Google Scholar, desde su inicio hasta abril de 2024, utilizando las siguientes palabras clave: «Mohs»; «Mohs Surgery»; «Secondary intention healing»; «Secondary intention». Se incluyeron artículos con versión en español, inglés o alemán y estos se seleccionaron según su relevancia.

Una posible limitación de esta revisión es que la elección de la CSI no se ve afectada significativamente por el hecho de que el defecto se deba a la CMM o a la cirugía convencional. Limitar la búsqueda a la CMM puede haber pasado por alto datos relevantes de la CSI tras otras técnicas quirúrgicas, lo que ha sido señalado en la interpretación de los hallazgos.

Indicaciones para la cura por segunda intención

Existen determinados casos en los que especialmente se debe considerar la CSI1,5,8,9:

  • 1.

    Tumores en zonas de alto riesgo en los que se considera un cierre tardío, especialmente en zonas cóncavas.

  • 2.

    Tumores con características agresivas o cuando la CMM es especialmente compleja: recaídas post-CMM o >3 estadios de CMM.

La CSI también podría ser adecuado en aquellos pacientes con ciertas comorbilidades, como trastornos de la coagulación, edad avanzada y condiciones sociales o laborales que contraindiquen una cirugía compleja.

Contraindicaciones

La principal contraindicación de la CSI es la exposición de estructuras anatómicas sensibles, como vasos o nervios9. Debe tenerse especial precaución en casos de radioterapia previa o concomitante9,10 (mayor riesgo de reepitelización prolongada y radionecrosis, y el tiempo de reepitelización de la CSI puede interferir con la programación óptima de la radioterapia), cuidados postoperatorios inadecuados; predicción de malos resultados funcionales; o los pacientes con obligaciones sociales o laborales que requieran una pronta reincorporación1,9,10 (tabla 1).

Tabla 1.

Precauciones del uso de la CSI post-CMM

Evitar en caso de  - Exposición de estructuras anatómicas importantes (estructuras vasculares, nervios, tendones sin paratenón, etc.)- Ausencia de estructuras vascularizadas en el defecto (exposición ósea sin periostio)a 
No recomendar en caso de  - Radioterapia local reciente- Incapacidad de proporcionar cuidados postoperatorios adecuados- Necesidad de reincorporación rápida a las actividades de la vida diaria- Superficies convexasb (punta nasal, zona cigomática o mandibular, mentón)- Márgenes anatómicos libres (excepto hélix)- Defectos profundos (más profundos que la grasa subcutánea) o grandes defectosc- Bermellón del labio con extensión >2mm en el labio cutáneo- Factores de riesgo de mala cicatrización (vasculopatía, tabaquismo, desnutrición, diabetes no controlada, infección)- Alto riesgo de endocarditis o infección protésica hematógena- Fenotipos cutáneos más oscuros (IV-V) 

CMM: cirugía micrográfica de Mohs; CSI: curar por segunda intención.

a

La CSI puede utilizarse en hueso o cartílago expuestos siempre que haya riego sanguíneo. Esto puede conseguirse perforando el cartílago o haciendo agujeros en el hueso.

b

Aunque las superficies convexas no son las regiones óptimas para realizar una CSI, puede considerarse en determinados casos (es decir, frente, dorso nasal, labio, espinilla, cuero cabelludo) en relación con el tumor y las características del paciente.

c

Aunque los defectos profundos y grandes pueden cicatrizar bien en determinadas localizaciones (es decir, >4cm en la región dorsal de las manos frente a >1-2cm en regiones faciales de alto riesgo), requieren un largo periodo de tiempo para reepitelizarse, por lo que inicialmente podrían preferirse otras técnicas de cierre.

Ventajas y desventajas de la cura por segunda intención

La principal ventaja de la CSI es la detección oportuna de la recidiva tumoral (tabla 2). Además, no existe riesgo de ciertas complicaciones (seroma, granuloma tras sutura, dehiscencia de sutura), y así mismo hay un menor riesgo de una infección del sitio quirúrgico (ISQ) y un hematoma1,11,12.

Tabla 2.

Ventajas e inconvenientes de la CSI en la CMM

Resultados  Ventajas  Desventajas 
Oncológicos  - Diagnóstico precoz de recidiva tumoral- No se alteran los planos anatómicos si el tumor reaparece   
Funcionales  - Preserva la funcionalidad en zonas donde el movimiento o la flexibilidad son cruciales, es decir, las manos y la región periocular- No se han descrito alteraciones funcionales significativos en los estudios que evaluaron los resultados de la CSI  - Riesgo de ectropión o muescas del párpado en la región periocular (principalmente en casos de defectos grandes y profundos) 
Quirúrgico  - Manejo simplificado de las heridas- Evitar intervenciones quirúrgicas complejas- Menor tiempo quirúrgico- Menor riesgo de infecciones del sitio quirúrgico (frente a colgajos e injertos)- Sin riesgo de dehiscencia de la sutura, necrosis del colgajo o seroma- Posible combinación con otras técnicas de cierre  - Tiempos de cicatrización más largos- Riesgo de hipergranulación y retraso en la cicatrización- Riesgo de sangrado (especialmente los pacientes con antiagregantes plaquetarios/anticoagulantes o con trastornos de la coagulación) 
Paciente  - Menos dolor  - Impacto psicológico de los defectos inicialmente abiertos 
Estética  - Resultados buenos/excelentes en zonas adecuadamente seleccionadas  - Son frecuentes las pequeñas imperfecciones- Riesgo de cicatriz deprimida (principalmente convexa, es decir, mejilla y mentón)- Riesgo de asimetrías o retracción, en zonas propensas al movimiento o tensión de los tejidos (es decir, bordes de márgenes libres, como el borde alar o el hélix)- Hiper o hipopigmentación, especialmente en fototipos más oscuros (IV-V) 

CMM: cirugía micrográfica de Mohs; CSI: curar por segunda intención.

Entre las desventajas, se incluyen un tiempo de cicatrización prolongado (que inclusive se incrementará si existe una alteración de base en el proceso de cicatrización, como por ejemplo, la realización previa de radioterapia, el diagnóstico de diabetes y un tratamiento con inhibidores de mTOR), un mayor riesgo de hemorragia (especialmente en los pacientes con tratamiento antiplaquetario/anticoagulante o con trastornos de la coagulación) y riesgo de retracción o malos resultados estéticos, especialmente si se ven afectados los márgenes anatómicos libres.

Cosmesis

En un contexto quirúrgico adecuado, la CSI puede dar lugar a resultados estéticos similares o incluso mejores que el cierre quirúrgico12,13. El factor más importante es la localización de las áreas implicadas: resultados más favorables en zonas cóncavas (fig. 1). Los factores secundarios son el tamaño y la profundidad de la herida (mejor si es pequeña y superficial), la edad del paciente y el color de la piel. La CSI tiende a dejar cicatrices hipopigmentadas, que son menos visibles en fenotipos de piel más claros2,3,14,15.

Figura 1.

Defecto en el canto medial (2×2cm) tras la CMM (A). Reconstrucción de la región inferior (70% del defecto) con colgajo en isla, CSI de la región superior (30% del defecto). Resultados estéticos después de 4 semanas con costras mínimas (B).

(0.18MB).

Las concavidades faciales (canto medial y concha auricular) cicatrizan imperceptiblemente, mientras que las superficies convexas (punta nasal y mejilla malar) pueden presentar una peor cicatrización, observándose cicatrices deprimidas. Aunque las zonas planas de las mejillas, la frente y el mentón cicatrizan correctamente, el resultado cosmético puede ser impredecible. Estas regiones fueron resumidas por Zitelli5 como NEET (concavidades de la nariz, ojos, orejas y sien), NOCH (convexidades de la nariz, labios orales, mejilla, mentón y hélix) y FAIR (zonas planas de la frente, antihélix, párpados y resto de la nariz, labios y mejillas). Sin embargo, las indicaciones de la CSI se han ampliado desde entonces a otras regiones anatómicas2,6,8 (fig. 2).

Figura 2.

Mapa de resultados estéticos de la CSI en función de la región anatómicaa. Verde: buenos resultados; Amarillo: buenos resultados en casos seleccionados; Rojo: malos resultados excepto en heridas superficiales y pequeñas. aLas imágenes frontales y laterales se generaron con DALL-E de OpenAI y luego se modificaron para indicar las distintas zonas coloreadas.

(0.19MB).
Combinación con otras técnicas de reconstrucción

La CSI puede combinarse con diversas técnicas de reconstrucción, ofreciendo versatilidad en el cierre de las heridas, es decir, heridas que afectan a ≥2 subunidades cosméticas (fig. 3). La combinación con cierres parciales o con «purse string» puede minimizar el área que requiere la CSI (fig. 4), reduciendo así el tiempo de cicatrización14. En situaciones de incertidumbre, se puede emplear la CSI y evaluar posteriormente los resultados estéticos. Este enfoque revela nuevas opciones a medida que la herida se hace más pequeña y más vascularizada14.

Figura 3.

Defecto del labio superior (1×1,5cm) tras la CMM. Reconstrucción del labio cutáneo con un colgajo de avance lateral. Se dejó cicatrizar el defecto del bermellón (1×0,5cm) mediante una CSI (A). Reepitelización completa al cabo de 4 semanas.

(0.15MB).
Figura 4.

A-C) Cierre parcial junto con una CSI. Defecto del párpado inferior (2,5×0,7mm) tras CMM (A). Cierre directo en la región inferior-lateral, CSI en la región superior-medial (1cm×0,6cm) (B). Reepitelización casi completa 10 días después. No se observó ectropión (C). D-E) Defecto en la rodilla izquierda (3,5×3cm) de un varón de 94 años. Cierre parcial del defecto. CSI de la región central (1,5×1,5cm) (D). Reepitelización completa 40 días después. Excelentes resultados funcionales (E).

(0.35MB).
Complicaciones

Las tasas de complicaciones postoperatorias con la CSI son bajas (<3%), y probablemente menos frecuentes que con otras técnicas de cierre1,2,16. La CSI se asocia a un riesgo comparativamente menor de complicaciones como el hematoma1, los pacientes muestran menos dolor postoperatorio17, y la ISQ resulta ser un hallazgo poco frecuente (0,7 hasta el 4,2%)18–22.

La falta de reepitelización puede deberse a diversos factores (retraso de la maduración epidérmica, tejido de granulación persistente, riego sanguíneo deficiente o infección) y la contracción de la herida puede provocar retracción y una cosmética desfavorable, especialmente cuando la CSI se realiza en los bordes anatómicos libres, como, por ejemplo, el ectropión en la región palpebral. Otras complicaciones potenciales menos frecuentes son la formación de muescas o adherencias en los párpados, la triquiasis, las telangiectasias, la hemorragia, la necrosis ósea, la osteomielitis, las cicatrices deprimidas y una granulación hiperplásica1.

Profilaxis antibiótica y antibióticos tópicos

Las guías de práctica clínica actuales especifican que deben prescribirse antibióticos pre o perioperatorios a los pacientes susceptibles de sufrir endocarditis e infección de prótesis articulares tras intervenciones quirúrgicas en zonas contaminadas, como es el caso de la mucosa oral, y localizaciones infectadas o con riesgo elevado de una infección local23. Un metaanálisis reciente no mostró una reducción estadísticamente significativa de las ISQ en la CMM tras la profilaxis antibiótica oral frente a placebo24. Específicamente en la CSI, en un ensayo clínico aleatorizado con 84 pacientes sometidos a una CSI en las regiones auriculares, no se observaron diferencias en las ISQ en los pacientes con o sin profilaxis con levofloxacino (2,4 frente al 2,5%)25. Según el documento de consenso del 2023 de la Sociedad Alemana de Dermatología, no hay pruebas suficientes que respalden la profilaxis antibiótica perioperatoria y/o la aplicación tópica de antibióticos en las heridas sometidas a la CSI. Debe evitarse la aplicación rutinaria de pomadas que contengan antibióticos para prevenir la sensibilización, en ausencia de barrera cutánea, y la resistencia a los antibióticos26,27.

Cuidados de las heridas

Los cuidados básicos de la herida pueden ser realizados por el paciente, un familiar o una enfermera, con visitas programadas al dermatólogo para su seguimiento. La herida debe mantenerse limpia para poder aplicar una pomada oclusiva (vaselina o similar)2,9,28 y un apósito convencional o hidrocoloide. La frecuencia de cambio del apósito —cada 2-7 días— depende de la cantidad de secreciones que se filtren, y debe informarse a los pacientes de los signos de ISQ2,9. Sin embargo, la gestión del cuidado de la herida debe individualizarse en función de factores específicos como la edad del paciente, las comorbilidades (es decir, diabetes, enfermedad vascular periférica), la localización y el tamaño del defecto.

Cura por segunda intención tras la cirugía micrográfica de Mohs en zonas anatómicas específicasOreja

La CSI de los defectos auriculares tras la CMM se ha utilizado ampliamente29 con buenos resultados estéticos y funcionales. En un estudio realizado en 133 pacientes con defectos auriculares de espesor total (hélix, antihélix, concha, zona pretragal, zona tragal, lóbulo y cara posterior), la CSI obtuvo excelentes resultados estéticos, sobre todo en las zonas cóncavas, incluso si se eliminaba el cartílago (excepto en el hélix, donde persistía una depresión). Una exposición pequeña del cartílago (<1cm) no se consideró como una contraindicación. Todas las heridas cicatrizaron en menos de 10 semanas29. En una reciente revisión sistemática de la reconstrucción de la concha auricular, la CSI se consideró una opción válida, aunque con un mayor riesgo de ISQ30. En un estudio reciente, la CSI produjo resultados estéticos similares a los injertos de piel de espesor total en el hélix (diámetro medio, 1,7 hasta 1,9cm), sin que se notificaran diferencias en cuanto a las complicaciones31. Aunque existe un mayor riesgo de cicatrices deprimidas, muchos pacientes, especialmente los ancianos, consideran cosméticamente aceptables la presencia de pequeñas depresiones31. Estudios comparativos recientes han demostrado que, aunque los injertos de piel de grosor parcial pueden acelerar la cicatrización, los pacientes con una CSI experimentan mucho menos dolor32.

Nariz

Un estudio retrospectivo que incluyó 96 defectos localizados en la nariz (punta nasal, n=39; región alar, n=32; pared lateral, n=17 y dorso, n=8), con un tamaño medio de 0,83cm2, revelaron que el diámetro y la profundidad influían significativamente en el resultado de la cicatriz (p<0,001). Los defectos nasales <1cm y, que no se extendían más allá de la grasa superficial se curaron de forma adecuada con una CSI independientemente de su localización33. Un estudio previo realizado en 37 pacientes mostró mejores resultados en las zonas cóncavas —ala nasal y flancos— y peores en la punta nasal (excepto si era pequeña y superficial)12 (fig. 5). Por lo que respecta al tiempo medio de cicatrización, un estudio retrospectivo informó de 3-4 semanas para defectos alares o de la punta nasal de 0,5 a 1,5cm de tamaño34.

Figura 5.

CSI en los pliegues. A-C) Lentigo maligno en el surco nasolabial. A) Delimitación del lentigo maligno antes de la CMM. El defecto del surco nasolabial (3×4cm) se cerró mediante una plicatura de los bordes superior e inferior. El defecto central (2×0,6cm) se dejó cicatrizar mediante una CSI (B). Reepitelización completa 4 semanas después (C). D-E) Defecto en el surco alar. Defecto (1,5×0,5cm) tras la CMM. B) Reepitelización casi completa 3 semanas después. No se observa retracción del ala nasal en el seguimiento.

(0.27MB).

En lo que respecta al ala nasal, en los pacientes que no pueden o no quieren someterse a colgajos nasales complejos, el injerto de cartílago libre (ICL) en combinación con la CSI puede ser una alternativa útil35,36. En un estudio retrospectivo que incluyó 129 pacientes que se sometieron a un ICL combinado con una CSI se obtuvieron resultados que se podían considerar de buenos a excelentes, sobre todo en defectos superficiales o de tamaño pequeño a intermedio, con el cartílago aproximándose mucho al tamaño del defecto, como se demostró en estudios anteriores37,38. El tiempo de cicatrización se estimó entre 6 (defectos pequeños/superficiales) y 9 semanas (heridas más profundas/grandes). Solo el 14% de los pacientes presentaron retracción alar. No se notificaron hematomas ni infecciones35. Los autores concluyeron que el ICL combinado con la CSI puede considerarse en heridas alares de tamaño medio y relativamente poco profundas->4mm del borde alar-y rellenarse con un injerto de cartílago que represente entre el 75 y el 100% del tamaño del defecto39,40.

La punta nasal no suele cicatrizar bien tras la CSI debido al riesgo de asimetrías y cicatrices atróficas, y la mayoría de los cirujanos prefieren otros procedimientos quirúrgicos41. La CSI en el reborde alar debe utilizarse con precaución, sobre todo cuando los defectos son grandes o profundos, ya que existe riesgo de retracción, mala cosmética y colapso5,42.

Labios

En un estudio con 68 casos de defectos del bermellón (tamaño medio, 1,2cm2), los pacientes consiguieron excelentes resultados funcionales con buena cosmética (el 87% de los pacientes volverían a elegir una CSI)11, incluso en defectos del bermellón de hasta 2,8cm2, o con afectación cutánea de los labios (22/68) y/o de las capas musculares (23/68). Un estudio similar realizado en 25 pacientes con defectos de espesor parcial de tamaño intermedio y grandes (tamaño medio 1,6cm), mostró resultados estéticos y funcionales de buenos a excelentes44. Otras series de casos más pequeñas revelaron resultados similares44–46. El tiempo medio de cicatrización observado para los defectos de grosor parcial intermedios/grandes en los labios fue de 25 días44. La CSI del bermellón también puede combinarse con colgajos de avance lateral si el defecto afecta a >2mm de labio cutáneo45,46. Los defectos que se extienden más allá del músculo orbicular superficial pueden provocar deformidades estéticas o funcionales46 y se deben de considerar otras técnicas quirúrgicas solas o en combinación con la CSI45.

En cuanto al labio superior —sin afectación del bermellón—, un estudio con 105 pacientes con defectos de labio y mentón mostró una cicatrización satisfactoria de la base alar y el labio superior13. El triángulo apical es el extremo superior del labio superior, delimitado por la mejilla medial, el ala nasal y un borde hipotético que se extiende desde el surco nasolabial. Un estudio retrospectivo (n=24) confirmó buenos resultados estéticos con la CSI, sin observarse diferencias estadísticamente significativas frente al cierre inmediato47.

Región periocular

La CSI se ha utilizado tradicionalmente para heridas pequeñas y cóncavas, como a nivel del canto medial48. Sin embargo, un estudio retrospectivo en 39 heridas perioculares: párpado inferior, n=14; párpado superior, n=12; canto lateral, n=6, y canto medial, n=7, y defectos<1,04cm2 mostró buenos resultados. La localización anatómica, la afectación del margen del párpado y la edad no se asociaron significativamente con los resultados estéticos49. Lowry et al.50 informaron de su uso en 59 pacientes con defectos que oscilaban entre 3,3 y 22,3mm en la región periocular: canto medial, n=32; párpado inferior, n=20; párpado superior, n=4; glabela, n=2; y pliegue nasoyugal, n=1. Cinco defectos afectaban al margen del párpado y 3 al sistema canalicular. Se obtuvieron resultados funcionales y estéticos favorables en el 83% de los individuos, con complicaciones en 10/59 pacientes: ectropión, banda en el canto medial, triquiasis, muescas en los párpados y cicatrices hipertróficas, con solo 2 que requirieron una reparación secundaria. Trieu et al.51 informaron del uso de la CSI en el párpado inferior en defectos pequeños (0,09 hasta 1,38cm2) en 17 pacientes, reportando un 100% de satisfacción de los pacientes con los resultados estéticos conseguidos. Solo hubo un caso de triquiasis, y todos los defectos cicatrizaron en la segunda semana.

En general, el uso de la CSI en la región periorbitaria puede ser seguro y eficaz, especialmente si el defecto es <1cm2 (o <25% del párpado) y superficial, independientemente de la localización y la afectación del párpado51.

Cuero cabelludo y frente

La CSI representa una opción reconstructiva primaria válida para los defectos de la frente y el cuero cabelludo, especialmente cuando el cuero cabelludo no tiene pelo52. Becker et al.53 evaluaron a 135 pacientes con defectos de espesor total en la frente. Los defectos de la zona central curaron con cicatrices atróficas, blancas y deprimidas, mientras que los defectos de las regiones glabelar y temporal curaron mejor. La CSI puede utilizarse para defectos de gran tamaño en el cuero cabelludo (>10cm de diámetro)54. En cuanto al tiempo de cicatrización, Daly et al. informaron de un tiempo de reepitelización de 3-4 semanas para heridas pequeñas (<2cm de diámetro) y de 6 semanas para heridas intermedias (de 2 a 5cm)52. En las heridas con exposición ósea, especialmente sin periostio, la CSI puede ser preferible a la reconstrucción quirúrgica. En tales casos, el realizar ventanas en la corteza ósea favorece el tejido de granulación y la posterior cicatrización55. Los apósitos de colágeno biosintético también pueden ser útiles56.

En un estudio con 205 pacientes sometidos a una CSI tras una CMM en el cuero cabelludo y la frente, 38 pacientes presentaban exposición ósea con una superficie media de 10,7cm2. En esos casos, el tiempo medio de reepitelización fue de 13 frente a 7 semanas cuando se conservó el periostio. Un estudio retrospectivo similar en 41 pacientes con defectos que incluían hueso expuesto en el cuero cabelludo, la frente o la sien, mostró un tiempo medio hasta la granulación completa de 92 días (186 días para la reepitelización). Se consiguió una buena cosmesis en el 57% de los casos y no se notificó ninguna ISQ57. En un estudio de 91 pacientes con defectos con exposición ósea localizados en la cabeza y tratados mediante CSI, solo el 2,7% de los pacientes experimentaron ISQ, y se observó un 0% de casos de osteomielitis19.

Los defectos en la región de las cejas y por encima de ellas, dejaron una distorsión mínima, incluso en casos de defectos grandes y profundos. Sin embargo, 4 defectos grandes que afectaban a las subunidades contiguas y/o implicaban músculo, periostio o hueso causaron distorsión de las cejas53. Una serie de casos más pequeña mostró resultados similares58, con buena cosmesis, aunque la presencia de telangiectasias fue relativamente frecuente.

Mejilla

Tradicionalmente se considera que las regiones anatómicas convexas, como la mejilla, no son óptimas para la CSI. Sin embargo, un estudio en 132 heridas localizadas en la mejilla59 (tamaño de la herida desde 6,3 hasta 32,5cm2, y profundidad hasta la capa subcutánea, la glándula parótida o las estructuras musculares en los pliegues nasolabiales) demostró que la mayoría de los defectos cicatrizaban al cabo de 3 a 6 semanas. La CSI en el surco nasogeniano y las zonas preauriculares obtuvieron resultados excelentes59 (fig. 5). Por el contrario, solo la mitad de los defectos en la zona medial de la mejilla cicatrizaron bien, y los defectos en las zonas mandibular o cigomática cicatrizaron de forma impredecible y a menudo de forma deficiente13. La retracción tendía a producirse cuando los defectos se extendían predominantemente hacia el labio o en defectos cigomáticos que se extendían hacia el párpado inferior59.

Manos

Una serie de casos de 48 pacientes a los que se practicó una CSI en la cara dorsal de las manos (n=37) o los dedos (n=11) tras una CMM (0,8-6cm) no mostró cambios funcionales, y la mayoría de los pacientes declararon una cosmética excelente o buena. Ninguno de los defectos cruzaba articulaciones ni afectaba a tendones expuestos sin paratenón. Los autores también mencionan la posibilidad de combinar la CSI y la técnica del «purse string» o cierres parciales para minimizar el área dejada por la CSI18. Otra serie de casos con 28 defectos de espesor cutáneo completo que afectaban a la fascia o la grasa subcutánea, sin tendón expuesto y con un tamaño medio de 2,4cm (de 1,5 a 4,6cm), reveló un tiempo medio de curación de 44 días, y un alto índice de satisfacción de los pacientes. En cuanto a los EA, se produjo hipergranulación en 12 de las 28 heridas, que se resolvió tras aplicar un corticosteroide tópico y suspender el apósito hidrocoloide60.

Extremidades inferiores

La región plantar puede ser una zona compleja de reparar. En un estudio retrospectivo de 25 pacientes con melanoma en la planta del pie se compararon 13 pacientes tratados con una CSI y 12 reparados mediante injerto de piel de espesor total. Los resultados estéticos, funcionales y clínicos fueron más favorables con la CSI, aunque las heridas tardaron más en cicatrizar (12 frente a 8 semanas), sin que se notificaran diferencias en las complicaciones. Estos resultados ya se habían descrito anteriormente61–63.

Área genital

En un estudio retrospectivo sobre 20 pacientes con tumores de pene tratados con CMM, el 80% se dejaron cicatrizar mediante una CSI con buenos resultados estéticos64.

Conclusiones

La CSI representa un método sencillo, seguro, bien establecido y rentable1,2,12 para la cicatrización de las heridas6. Este enfoque, caracterizado por unos cuidados postoperatorios ambulatorios básicos, presenta una baja tasa de infección, preserva la arquitectura local y permite una rápida visualización y detección de recidivas en el tratamiento de tumores recidivantes, agresivos y/o previamente tratados. Para garantizar unos resultados óptimos, deben tenerse en cuenta meticulosamente varios factores críticos, como la localización, el tamaño, la profundidad, la geometría y el color del defecto1,38. Aunque los defectos más pequeños o superficiales en zonas cóncavas suelen dar mejores resultados38, la CSI puede lograr resultados favorables también en la región periocular, los labios y la nariz, así como en la región alar, las orejas y la cara dorsal de las manos. Además, la CSI puede lograr mejores resultados funcionales y estéticos que los colgajos o los injertos1,50,51. Por otra parte, la CSI permite posibles procedimientos quirúrgicos posteriores o combinaciones con otras técnicas de cierre. Los principales inconvenientes de la CSI son los largos cuidados postoperatorios necesarios, sobre todo con defectos grandes, y la retracción de la herida, sobre todo en los bordes anatómicos libres, mientras que la contraindicación principal sigue siendo la exposición de estructuras sensibles, como los nervios y las arterias.

Financiación

Los autores implicados no han informado de relaciones financieras relevantes con intereses comerciales.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Referencia no citada

43.

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