N.N., de veinticuatro años, ingresó el 10 de Febrero de 1895.
Estado actual. Presenta casi en la totalidad de este labio una superficie indurada desigualmente mamelonada, bien limitada y con todos los caracteres correspondientes a la lesión inicial de la sífilis.
Tratamiento. Tópicos: primeramente la pomada mercurial, después el precipitado blanco en polvo, hasta que poco más de un mes después de su ingreso salió curada la enferma.
Llama la atención de esta figura en primer lugar el título amplio y descriptivo de la lesión, que sin embargo se acompaña de una historia clínica breve, aunque suficiente. Es curioso que con un tratamiento local de pomada mercurial y precipitado blanco al mes la enferma saliese curada. Esta figura procede de la clínica del Dr. Francisco López Cerezo, quien publicó en 1905 un original opúsculo sobre la sífilis en verso titulado Sifiliografía rítmica (fig. 1). Pío Baroja, en su novela autobiográfica El árbol de la Ciencia, nombra a Cerezo a propósito de una anécdota protagonizada por un gato que una de las enfermas ingresadas en San Juan de Dios mantenía oculto, y al que mandó matar. La verdad es que Cerezo no queda muy bien parado a juicio de Baroja.